Valparaíso, julio de 2025. Con una cuidada mezcla de ciencia, historia y conversación distendida, la Fundación Roberto Hernández Cornejo (RHC), junto al Club Naval de Valparaíso. que celebra por estos días sus 140 años de vida, dio inicio este mes a un ciclo de charlas denominadas “Ciencia Sour”, que se desarrollan en sus tradicionales dependencias de Plaza Victoria. Esta serie de encuentros busca poner en valor hitos olvidados o poco conocidos del desarrollo científico en Chile, especialmente en su relación con el puerto y el mar.
La primera sesión estuvo a cargo del Dr. Eduardo Ibar Plasser, académico de la Universidad de Valparaíso e investigador independiente, quien expuso sobre el primer observatorio astronómico de Chile, fundado por el relojero escocés Juan Mouat en Valparaíso en 1843. La charla, basada en años de investigación personal del profesor Ibar, reveló cómo este personaje clave ha sido injustamente marginado de la historiografía oficial de la astronomía nacional.
Mouat, quien residía en una casa ubicada en el Cerro Cordillera —construida sobre los restos del antiguo fuerte San José—, instaló en ella un observatorio astronómico cuya existencia fue documentada por El Mercurio de Valparaíso en febrero de 1843. La noticia, redescubierta gracias al trabajo pionero de la poeta Sara Vial, menciona también la observación del gran cometa de aquel año, lo que impulsó a Ibar a profundizar en el legado de este relojero.
Durante la exposición, el académico contextualizó el desarrollo de la astronomía en el siglo XIX como una necesidad para la navegación, destacando las dificultades del cálculo de la longitud marítima y la importancia de instrumentos precisos como los cronómetros. En ese marco, el observatorio de Mouat representó un esfuerzo pionero para dotar a Valparaíso de herramientas científicas útiles para el comercio y la navegación.
Entre los logros destacados de Mouat figuran la reparación del cronómetro del legendario buque Bounty, la instalación de un time ball o señal horaria visible para los barcos —instrumento cuya reconstrucción se puede ver hoy en el Museo Marítimo Nacional—, y su colaboración frecuente en las páginas de El Mercurio gracias a su cercanía con el editor José Santos Tornero. Además, Mouat tuvo un rol relevante en otras iniciativas del siglo XIX como la fundación del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso (1851), la Sociedad Científica y Literaria (1856) y el primer proyecto del ferrocarril entre Copiapó y Caldera.
Tras la exposición, los asistentes participaron en una ronda de preguntas que dio lugar a interesantes intercambios sobre la relojería, el funcionamiento del time ball y la faceta editorial de Mouat, revelada en el II Seminario Roberto Hernández Cornejo de 2024 por la profesora Michelle Prain. Allí se dio a conocer que Mouat fue editor del Valparaiso English Mercury, una publicación de 12 números aún conservada en la Biblioteca Nacional.
El cierre de la jornada estuvo a cargo de Horacio Hernández Anguita, presidente de la Fundación RHC, quien agradeció la exposición del Dr. Ibar y le entregó como obsequio el libro La Biblioteca Pública de Valparaíso, Santiago Severin y Roberto Hernández: homenaje a los 100 años del edificio, una edición especial preparada por la fundación.
Charlas por venir
El ciclo “Ciencia Sour” continuará los próximos viernes de julio con nuevas exposiciones. La profesora Ximena Urbina Carrasco abordó el viernes 11 la expedición británica de Phillip Parker King en el maritorio magallánico (1826–1830); mientras queel viernes 18 será el turno de la bióloga marina de la Universidad de Playa Ancha, Paulina Celis, quien hablará sobre la importancia ecológica y cultural de las algas en la actualidad.
Pondrá punto final al ciclo el historiador y académico de la Universidad Adolfo Ibáñez, Rodrigo Moreno Jeria —también director de la Fundación RHC—, quien analizará el viernes 25 la competencia histórica y contemporánea entre los puertos de Valparaíso y San Antonio.
Con esta propuesta, la Fundación Roberto Hernández renueva su compromiso con la divulgación del conocimiento y la memoria local, vinculando la ciencia con la identidad porteña y rescatando figuras que han quedado en la sombra, como la de Juan Mouat, verdadero precursor de la astronomía en Chile.
En tanto, el Club Naval fue fundado el 5 de abril de 1885 bajo el nombre de «Círculo Naval», con el objetivo de crear un espacio para el desarrollo científico y profesional de la Armada, así como preservar sus tradiciones En 1918 adoptó el nombre de “Club Naval” y se trasladó a su emblemático edificio en la Plaza Victoria
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